martes, 21 de agosto de 2007

¿Sabré lo que es al fin la libertad?


José decide a los 21 años liberarse.
José dice que quiere ser libre y andar sin preocupaciones por la vida.
José quiere ser feliz.
Para eso decide abrir nuevos universos en su mente, despreocuparse por todo, quitarse los prejuicios, no importarle el que dirán.
José camina con sus ojos maravillados por las montañas del norte. Siente los olores más hermosos de las flores del lugar.
José se pincha con una flor del bosque. La corta y la destruye. Ya no habrá mas flores que dañen a José.
Camina por la calle volviendo a su hogar y los autos lo molestan. Las personas no miran y lo empujan. José pisa mierda y cae. Las bocinas lo aturden. El calor lo hace transpirar.
José finalmente llega a su casa y decide nunca más salir de allí.
Ahora siente más libertad aún. Una decisión te libera.
Dentro de sus cuatro paredes vivirá contento. Porque son SUS cuatro paredes.
José corta el teléfono. Desenchufa el televisor. Guarda la computadora. Y quema todos los relojes de su hogar.
José quiere conmoverse. Quiere escuchar música que lo eleve, que lo haga sentir feliz y le saque una lágrima.
Se encuentra con un disco de boleros japoneses y se siente molesto.
Incinera todos los discos de boleros japoneses y otra música que le moleste.
Ya no habrá más malos discos para José. Todo será emoción, alegría y libertad. Y una lágrima cayendo en su mejilla.
José ahora descansa. Pero siente que no es el fin. Algo más falta.
“El celular!” grita. El celular claro. ¿Con que libertad voy a vivir si tengo un teléfono que me sigue a todos lados?
Lo tira por la ventana. Cae dos pisos y se escucha un grito.
José asustado y enojado por no poder disfrutar el momento, baja rápidamente y socorre a la persona caída.
José mira a los ojos a la golpeada mujer.
Ahora si. El plan está consumado. Todo es emoción, alegría y libertad.
Una lágrima cae por su mejilla mientras sube las escaleras encadenado a esa mujer de hermosos ojos azules.

Caña de Azucar - Moriremos con la Nuestra

lunes, 20 de agosto de 2007

Canción para mi Muerte


Hay cementerios solos,
tumbas llenas de huesos sin sonido,
el corazón pasando un túnel
oscuro, oscuro, oscuro,
como un naufragio hacia adentro nos morimos,
como ahogarnos en el corazón,
como irnos cayendo desde la piel del alma.

Hay cadáveres,
hay pies de pegajosa losa fría,
hay la muerte en los huesos,
como un sonido puro,
como un ladrido de perro,
saliendo de ciertas campanas, de ciertas tumbas,
creciendo en la humedad como el llanto o la lluvia.

Yo veo, solo, a veces,
ataúdes a vela
zarpar con difuntos pálidos, con mujeres de trenzas muertas,
con panaderos blancos como ángeles,
con niñas pensativas casadas con notarios,
ataúdes subiendo el río vertical de los muertos,
el río morado,
hacia arriba, con las velas hinchadas por el sonido de la muerte,
hinchadas por el sonido silencioso de la muerte.

A lo sonoro llega la muerte
como un zapato sin pie, como un traje sin hombre,
llega a golpear con un anillo sin piedra y sin dedo,
llega a gritar sin boca, sin lengua, sin garganta.

Sin embargo sus pasos suenan
y su vestido suena, callado como un árbol.

Yo no sé, yo conozco poco, yo apenas veo,
pero creo que su canto tiene color de violetas húmedas,
de violetas acostumbradas a la tierra,
porque la cara de la muerte es verde,
y la mirada de la muerte es verde,
con la aguda humedad de una hoja de violeta
y su grave color de invierno exasperado.

Pero la muerte va también por el mundo vestida de escoba,
lame el suelo buscando difuntos;
la muerte está en la escoba,
en la lengua de la muerte buscando muertos,
es la aguja de la muerte buscando hilo.

La muerte está en los catres:
en los colchones lentos, en las frazadas negras
vive tendida, y de repente sopla:
sopla un sonido oscuro que hincha sábanas,
y hay camas navegando a un puerto
en donde está esperando, vestida de almirante.
"Sólo la muerte" - Pablo Neruda

jueves, 16 de agosto de 2007

lunes, 6 de agosto de 2007

Reite hasta Morir

No tenemos dinero, no tenemos casa propia, no tenemos auto, no tenemos representantes, no tenemos suerte, ni fe, ni esperanzas, ni indicios de que esto va a mejorar. Tampoco tenemos energías, ni voz, ni voto. No tenemos casi nada. Solo una cosa. Poco usada, mal vista, ordinaria, energizante y poderosa: La Risa.

Reite, no pares de reír, es tu oportunidad
Y aunque Pienses que te reis de todo vos reite igual
Reite, nunca pares de reír que tu risa es fatal
Por eso que castran a la vida del instinto natural
Y que en tu risa viva el arte
De que rían los demás
Estar feliz no es pecado
Ni un trastorno mental

Reite, reite hasta morir, aunque te quieran borrar
toda la cosquilla de tu alma que busca la libertad
Reite, con vos me quiero reír es nuestra oportunidad
Y aunque venga el aguafiesta nos vamos a reír igual Ja!


La Renga (1998)

Promo LQAL

sábado, 4 de agosto de 2007

Raro


¿Por que tenemos que ver las cosas del mundo como nos dicen que las veamos? ¿Por que tenemos que hablar y escribir como nos dicen que lo hagamos? ¿Por que hay que actuar como nos dicen que actuemos? ¿Sería imposible comunicarse con los demás? Todos nosotros tenemos nuestra propia "rareza", una forma de ser única. Pero esas extrañesas que nos identifican siempre están dentro de un molde. Uno bien cerrado y cuadrado. ¿Será posible algún día salir de ese molde sin que a uno lo acusen de hereje, psicótico o border? Habría que intentarlo. ¿Cuanto más felices y libres seríamos si nos tajearíamos la cabeza y aflorara así todo nuestro inconsciente? Sin dudas sería mucho más divertido y menos monótono todo.

"Apenas él le amalaba el noema, a ella se le agolpaba el clémiso y caían en hidromurias, en salvajes ambonios, en sustalos exasperantes. Cada vez que él procuraba relamar las incopelusas, se enredaba en un grimado quejumbroso y tenía que envulsionarse de cara al nóvalo, sintiendo cómo poco a poco las arnillas se espejunaban, se iban apeltronando, reduplimiendo, hasta quedar tendido como el trimalciato de ergomanina al que se le han dejado caer unas fílulas de cariaconcia. Y sin embargo era apenas el principio, porque en un momento dado ella se tordulaba los hurgalios, consintiendo en que él aproximara suavemente su orfelunios. Apenas se entreplumaban, algo como un ulucordio los encrestoriaba, los extrayuxtaba y paramovía, de pronto era el clinón, las esterfurosa convulcante de las mátricas, la jadehollante embocapluvia del orgumio, los esproemios del merpasmo en una sobrehumítica agopausa. ¡Evohé! ¡Evohé! Volposados en la cresta del murelio, se sentía balparamar, perlinos y márulos. Temblaba el troc, se vencían las marioplumas, y todo se resolviraba en un profundo pínice, en niolamas de argutendidas gasas, en carinias casi crueles que los ordopenaban hasta el límite de las gunfias."

Julio Cortazar - Rayuela (1963)

jueves, 2 de agosto de 2007

21 de Julio


Señora, Señor, Niño, Niña, Macrista, Kirchnerista, Menottista, Bilardista...gente!, humanos! cabezas pensantes (¿cabezas pensantes?)....Austero es nuestro pedido, nuestra réplica. Contestemos al sistema con una fuerte negativa. Digamos "basta" alguna vez, dejemos de agachar la cabeza hasta hundirla en lo más podrido del pantano. Salgan al sol, idiotas. Revienten. Desde el año que viene hasta siempre festejemos juntos, con bandera, globo, vincha, el Día Internacional del Enemigo, El Día Mundial de la Traición (hasta le damos la libertad de elegir usted mismo el nombre). Seamos al fin felices y liberales. Basta de superficilidades y obviedades como el día del amigo. Todos los 21 de Julio siéntese en su mesa, alce su copa de vino, y mirando a los ojos al que tiene en frente, murmure con la frente bien alta: "Sabés que no te soporto hijo de puta."